Cremación, o incineración de cadáveres, es el proceso por el cual un cuerpo es reducido a sus elementos básicos mediante el uso de calor y evaporación, eliminando así el poco edificante proceso de su descomposición.
Cremación, o incineración de cadáveres, es el proceso por el cual un cuerpo es reducido a sus elementos básicos mediante el uso de calor y evaporación, eliminando así el poco edificante proceso de su descomposición.
No son necesarios.
No. El cadáver debe estar cubierto, la clase de cubierta que se le provee es una blanca con cremallera y así mismo se procede a la cremación. Según establecen los reglamentos del Departamento de Salud, un cadáver debe ser cremado en el ataúd o cubierta en la que llegue al crematorio.
Sí. Está permitida desde 1983 cuando fue aprobada por el Papa. Además, está igualmente aprobada por todas las iglesias cristianas.
Estos fragmentos óseos están completamente libres de todo germen o bacteria, por lo tanto, pueden ser mantenidos en la casa en una urna apropiada, esparcidos en el mar o en la tierra o enterrados en un cementerio en la fosa familiar, donde, debido a las pequeñas dimensiones de la urna, los restos de toda una familia pueden ser enterrados sin necesidad de costosas exhumaciones posteriores.
De tres a nueve libras, aproximadamente.
No es necesario. El cuerpo debe estar refrigerado hasta el momento de la cremación.
Definitivamente sí, y las razones para esto son muchas. La disponibilidad y el costo de la tierra y el mejor entendimiento de parte de las distintas religiones de que la cremación no está en conflicto con sus creencias ha hecho que el término de cristiana sepultura haya sido sustituido cada día más por el término de cristiana cremación.
Si, contamos con economicos pre- arreglos con planes de pago, sin intereses y transferibles; brindandole asi paz mental.
Sí, puede. Comuníquese con nosotros y se le coordinará la visita.
En mi mente creo que siempre existió Celestium. Claro, que al principio no tenía un nombre; era simplemente eso…un sueño. Pero un sueño basado en la realidad de que somos criaturas hechas a imagen y semejanza del Supremo Creador y con un alma o espíritu eterno y que por ende, transciende la fragilidad de esta vestidura humana llamada cuerpo.